Es un proceso de escucha, discernimiento y participación que ha reunido a jóvenes, laicos y consagrados de todo Chile con el objetivo de renovar la pastoral juvenil, vocacional y familiar desde el corazón del carisma salesiano.
Miles de jóvenes compartieron su voz en encuestas, talleres y congresos pastorales.
Confiamos en el Espíritu Santo para iluminar caminos nuevos y fieles al Evangelio.
Una Iglesia sinodal que camina con y desde los jóvenes, en comunidad y corresponsabilidad.
No fue solo un evento: es un llamado a construir el Reino con audacia y alegría salesiana.
El Sínodo Nacional Salesiano fue un camino de escucha, reflexión y discernimiento comunitario. Un proceso pastoral que nos invitó a caminar juntos, iluminados por el Espíritu, para renovar la misión salesiana en Chile.
Más de 4.000 jóvenes y agentes pastorales participaron en encuestas y encuentros donde compartieron sus sueños, desafíos y esperanzas.
Los Congresos Locales y Zonales fueron espacios claves para interpretar los datos, dialogar y comenzar el discernimiento comunitario.
Más de 300 representantes se reunieron en la UCSH para discernir las líneas programáticas que guiarán la pastoral en los próximos años.
El Sínodo continúa: ahora el compromiso es transformar lo vivido en acciones concretas en nuestras comunidades pastorales.
Padre bueno, Dios de la vida,
Tú que nos consagraste a Ti en el día de nuestro bautismo,
aquí estamos, jóvenes y adultos,
peregrinos de la esperanza,
dispuestos a caminar juntos,
a escuchar tu voz y a renovar la misión.
Jesús, Buen Pastor, Amigo y Maestro,
enséñanos a mirar el mundo con tu ternura,
a descubrir tu rostro en cada persona,
a construir juntos una Iglesia cercana y servidora,
con Don Bosco como guía y compañero.
Santo Espíritu de Dios,
haz que seamos una comunidad sinodal y fraterna,
capaz de responder con creatividad, audacia y fidelidad
a los desafíos actuales de la Iglesia y la sociedad,
María Auxiliadora, Madre y guía,
acompáñanos en este camino sinodal.
Que nuestras voces y corazones se unan,
para anunciar con fe y alegría
que la esperanza siempre nos mueve.
Amén.